Capítulo 1944
Capítulo 1944
Capítulo 1944
Octavio entrecerró los ojos ligeramente y con un gesto de su mano, empujó a Alicia a un lado.
“Te estás haciendo ideas.”
Ella simplemente arqueó una ceja, con una sonrisa tenue, cruzó los brazos detrás de su espalda y se
sentó en la silla con elegancia.
la habi
Claramente, la respuesta de Octavio no la habia afectado.
“Lo que dices no carece de sentido, al fin y al cabo ambos somos jóvenes, hemos conocido a poca
gente, quizás en el futuro aparezca un hombre mejor que tú.”
Octavio acababa de tomar el examen que habia preparado el día anterior, pero al escuchar las
palabras de Alicia, se
delor un momento, apretando inconscientemente sus delgados labios.
Luego, sus cejas delineadas se tiñeron de una sonrisa irónica, “¿Un hombre mejor?”
Con los ojos entreabiertos, Alicia lo miró sonriendo, “¿Te molesta?”
Lanzó el examen frente a ella, desviando la mirada hacia un costado, su voz estaba teñida de una
clara frialdad.
“Aún tengo mis dudas sobre qué es un buen hombre.”
“Si..” Alicia asintió pensativa, “De hecho, no tienes que dudar tanto, con tal de que sigas siendo como
ahora y me quieras un poco más, es suficiente.”
Octavio desvió la mirada, ajustó la temperatura del aire acondicionado de la habitación subiendo un
par de grados.
Luego, dijo con indiferencia, “No es una cuestión de querer más.”
Finalmente, Alicia perdió la sonrisa en su rostro, frunciendo ligeramente el ceño, “Entonces esfuerzate
en quererme
antes de hablar de eso.
No se podía hablar de querer más si no había cariño.
Alicia penso que eso era lo que Octavio quiso decir, parecia que esa era la única explicación.
El chico torció una sonrisa, su mirada se deslizó de su rostro al elegante reloj despertador que ella
habia colocado sobre la mesa.
“Es la hora de tu examen, ya han pasado dos minutos.”
Alicia miró instintivamente el reloj, ya eran las diez y dos minutos.
Tomó un lápiz, revisó rápidamente las preguntas y marcó dos opciones, luego, levantó la cabeza.
“¿Estás insinuando que soyjoven de nuevo? ¿Qué pasa con mi examen? Los universitarios también
tienen exámenes y hay muchos que incluso los toman con un bebé en brazos.”
Octavio pareció soltar un bufido, “¿He dicho algo?”
Ella abrió la boca, queriendo decir algo, sus hermosos ojos giraron un par de veces dentro de sus
órbitas, repasando las palabras de Octavio en su mente, hasta que se dio cuenta de que
efectivamente, parecía que no había dicho nada.
Pero ella sabía muy bien lo que él quería decir, sin embargo, no tenia pruebas.
Alicia continuó: “Déjame ilustrarte un poco.”
“¿Los universitarios toman exámenes con un niño en brazos?”
Alicia se detuvo un momento, luego asintió, “Comprensión lectora perfecta.”
Los labios de Octavio se curvaren ligeramente, “¿Tienes la autoridad para evaluarme?”
Lo observó por un momento, “¿Estás tratando de mostrarme esa actitud condescendiente tipica de los
mayores?” Finalmente, el semblante de Octavio se tornó más serio y frunciendo el ceño, su mirada la
barria. Alicia, sin inmutarse, se encogió de hombros y se inclinó a hacer su examen con aparente
seriedad.
Capitulo 1944
Tan bonita como siempre y tan obediente en apariencia,
Pero Octavio sabia muy bien que, en realidad, ella era descarada, arrogante, desconsiderada y
caprichosa.
Excepto por ser excesivamente bonita, no tenía nada que ver con ser obediente.
No pensaba que una chica así fuese agradable.
Mirela decía que era una niña malcriada y caprichosa, pero curiosamente, parecia que a todos les
gustaba.
¿Qué les gustaba?
Probablemente solo porque si ella estaba un poco feliz, sus dias serían un poco mejores.
Nadie quería tener problemas con alguien que podía arruinar su sustento en cualquier momento.
¿Que si la querian?
Lo que todos amaban era su propio bienestar.
Era la norma.
Aquellos que parecían estar en la cima de la cadena alimenticia eran en realidad los más lamentables
y tristes..
Porque vivían en una mentira.
Entonces, una vez que ella dejara el amparo de la familia Valdivia y realmente probara las vicisitudes
del mundo, ¿cómo seria?
Un cisne al que le han cortado las alas, un caballo salvaje con las patas rotas, un pez sin agua.
Todos ellos eran ella.
Su mirada se posó en la coronilla de su cabeza por un largo rato, pero eso también era solo una
posibilida
Quizás, realmente tenía los medios para vivir una vida asi de caprichosa y orgullosa.
Se giró y se sentó al borde de la cama, tomando un libro y recostándose en el cabecero.
Todavía soy joven, quién sabe si en el futuro aparecerá un hombre mejor que tú…
De repente, dejé caer el libro que tenía en las manos y frunciendo el ceño, levantó la mirada hacia esa
delgada silueta que estaba inclinada sobre el escritorio resolviendo el examen.
Bajo sus cejas, se ceria una tenue sombra de melancolía. NôvelDrama.Org © content.