Volvemos a Empezar, iMi Ex!

Capítulo 423



Capítulo 423 

Al regresar a la mansión, Sofia le preparó a sus padres una habitación, con nuevos artículos de aseo y pijamas, y volvió a hacer la cama. Rebeca, al ver a su hija tan competente, y pensando en cómo ella misma no sabla hacer nada, no pudo evitar que se le llenaran los ojos de lágrimas. Miguel, al ver a su esposa asi, preguntó preocupado, “¿Qué está pasando, querida?” 

Rebeca sacudió la cabeza antes de decir. “Viendo a cariño tan capaz, me siento muy triste. Debe haber sufrido mucho cuando era pequeña, si no, ¿cómo sabría hacer tanto? Mira, yo no sé hacer nada“, Rebeca era muy consciente de sus actos. 

Miguel suspiro aliviadó. Rebeca habia crecido en la abundancia, siempre mimada y la rhás joven de las hijas en casa, naturalmente era la más consentida. Cuando se casaron, a Miguel le costó mucho adaptarse, principalmente porque Rebeca era muy joven y su familia no quería que se casara tan pronto. Después de casarse, nunca le habla pedido que hiciera tareas domésticas; él la amaba y quería que, sin importar la edad, siempre conservara su inocencia. 

“Ahora que nuestra hija ha vuelto, deberíamos estar felices, no llores“, Miguel la consoló. Entonces Rebeca se secó las lágrimas y volvió a sonreir Justo después de que Sofia terminara de hacer la cama, Rafael y Leonardo regresaron. Los dos chicos se escondieron en sus habitaciones para abrir sus regalos. Noelia, vestida con un hermoso vestido de princesa, salió diciendo: “Papá, mamá, abuelitos, vengan a ver, ¿estoy linda?” La pequena princesa de la casa salió corriendo de su habitación, con el vestido de princesa que acababa de recibir puesto, luciendo verdaderamente como una princesa. Exclusive content © by Nô(v)el/Dr/ama.Org.

La familia se reunió en la sala alrededor de Noelia, quien giraba mostrando su hermoso vestido. Después de dar algunas vueltas, dijo a Sofia: “Mamá, creo que necesito un par de zapatillas de cristal“. Antes de que ella pudiera responder, Rebeca intervino: “Si, necesitas un par de zapatillas de cristal, mañana la abuela te llevará a comprarlas“. 

“¿Mamá, puedo?” Noelia se volvió hacia su madre para pedir su opinión. 

Sofia sabia que, aunque la anciana no comprara las zapatillas, Noe seguramente convencería a su papá de comprarlas; después de todo, sul papá siempre satisfacía sus deseos y nunca se negaba a sus peticiones. Noe era bastante obediente y no solla pedir cosas excesivas, nunca antes habia tenido zapatillas de cristal, asi que Sofía no se opuso a la idea de la anciana. 

“Claro que sí. Al recibir el permiso de su madre, Noe, feliz, dio varias vueltas más. 

Mientras Noelia seguia girando feliz, Gerard llegó, parado a contraluz en la puerta, con una maleta negra a su lado

Noelia comió a través del circulo que la familia habia formado alrededor de ella y se dirigió hacia él: “Tio, ¿te parece bonito mi vestido?” 

Gerard hizo un gesto elegante al estilo de un caballero inglés, inclinándose con una mano extendida, “Muy bonito, Su Alteza la Princesa“. Noelia, imitando lo que habia visto en televisión, camino orgullosamente hacia él colocando una mano en la suya y ambos caminaron con gran ceremonia hacia el resto de la familia, provocando risas. 

“¿Y Leo?” Gerard entró y no vio a su sobrino, así empezó a buscarlo. 

“Mi hermano está en su habitación abriendo juguetes“, respondió rápidamente Noelia. 

“Probablemente esté jugando con LEGO, le ha gustado desde pequeño, explicó Sofia con una sonrisa. 

“Vamos, te llevaré a tu habitación para dejar tu maleta, dijo Sofia llevando a Gerard a la habitación de huéspedes, preparándole también la cama y dejándole un par de toallas, cepillo de dientes y pijama. 

“Lo siento, hermano, no tengo juegos de cama limpios y nuevos. Este lo he usado algunas veces, pero está limpio. Mañana lavaré uno nuevo para ti, pero por de momento usa este,” dijo Sofia mientras termin


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