Capítulo 36
Sus Besos ObsesionadCapítulo 36
Nerea lo vio despertarse de golpe, con la sorpresa y confusión brillando en sus ojos, y rápidamente retiró su pierna de una manera un poco torpe. -Ah… no te confundas, quería salir sin despertarte, por eso intentaba pasar por encima. Ah, y gracias por tu chaqueta.
Ella le devolvió la chaqueta, y Roman la tomó pero no se movió para dejarla pasar. -¿Qué tal lo de las joyas, Sita. Nerea?
Nerea hizo un gesto con la mano, -Aprecio el gesto, pero de verdad que no puedo aceptarlo.
Las joyas que él le habia mostrado eran todas unas rarezas, valian un montón en el mercado, desde varios millones hasta cientos de millones. ¡Ella qué méritos tenía para recibir regalos tan valiosos!
Roman le preguntó, -¿No te interesan?
¡Claro que si! ¡No hay mujer en el mundo que pueda rechazar joyas brillantes!
Nerea queria negarlo, pero al ver lo insistente que estaba, no tuvo más remedio que asentir con la
cabeza.
-Entonces, sobre las propiedades, tiendas y recursos en Londres… Srta. Nerea, si hay algo que te interese, solo dimelo.
No, no, para nada!
El gesto generoso de él la dejó impactada. Pensó que ya era bastante gastar millones en perseguir a Amapola en su vida pasada, pero eso no era nada comparado con lo que le estaba ofreciendo ahora.
-Ya te dije, esa piedra preciosa era para devolverte el favor de haberme salvado de esos maleantes. Si realmente quieres agradecerme… entonces déjame pedirte un favor cuando lo necesite, ¿te parece?
El plan de Nerea para ganar tiempo funciono, Roman quedó en silencio por un momento y luego asintió con la cabeza.
-Entonces, quedamos asi. Yo me voy…
-¿A dónde vas, Nerea? Te llevo.
-Nerea, ¿qué haces aquí?
Samson apareció corriendo por detrás justo cuando Roman terminaba de hablar, y al ver a Roman y Nerea juntos, una sombra de alerta cruzó su mirada.
Se habia dormido en cuanto subió al avión y pensó que Nerea había hecho lo mismo. No esperaba encontrarse con Roman en el avión, mucho menos verlos juntos al despertar.
Nerea le respondió, -Me encontré con el Sr. Roman de casualidad, solo vine a saludarlo.
Oh.-Samson le sonrió cortésmente a Roman, -Señor Roman, Nerea y yo vamos de viaje a San Esteban, no pensé que nos encontraríamos aquí por casualidad.
Después de decir eso, extendió su mano, pero Roman pareció no hacerle, solo bajó la mirada, ocultando el brillo en sus ojos.
Así que iban juntos de viaje…
Después de unos segundos, la sonrisa de Samson se volvió rigida y su mano suspendida en el aire se sintió incómodamente fuera de lugar.
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Capitulo 36
Nerea, igualmente confundida, miró hacia Roman, solo para escucharlo decirle fríaménte, -Lo siento, no me he lavado las manos.
¿No se había lavado las manos?
Nerea se sorprendió. ¿Entonces aún tenía su saliva en sus manos? Eso tenia que ser una mentira, ¿verdad?
Samson sonrió con incomodidad y le dijo a Nerea, -Entonces, vámonos.
-¡Claro! Señor Roman, espero que nos volvamos a encontrar.
Nerea le saludo con la mano y se marchó con Samson y Amapola, dejando atrás el avión,
Los pasajeros se fueron rápidamente, dejando solo a Roman mirando fijamente la puerta de embarque, como si pudiera ver un vestigio de la chica en ella.
Javier suspiró en silencio, él lo había dicho, tan pronto como la Srta. Nerea y él se encontraran, sin importar lo que pasara, Roman terminaria sumido en la melancolía.
Apenas se bajaron del avión, Nerea empezó a maquinar un plan para escabullirse y dejar a Samson y Amapola solos. Así, esos dos mostrarían su verdadera cara bajo su vigilancia.
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