Sr. Ramos, su multimillonaria esposa quiere el divorcio

Capítulo 511



Capitulo 511

Natalie se burlo, – ¿Le debes un favor asi que la acompañaste al ginecólogo? ¿Y que te fotografien los paparazzi haciendo que todo el mundo sepa? Ccontent © exclusive by Nô/vel(D)ra/ma.Org.

La cara de Leonardo se puso repentinamente seria, -No. Me dijo que quería abortar y que no se atrevía a ir sola al hospital, asi que me pidió que la acompañara.

Natalie guardo silencio un momento, con la mirada gacha, -Comprendo tu comportamiento, pero no me parece bien, y te he dado la oportunidad de explicarte. Si no sabías que este asunto ha sido aireado por los paparazzi, ¿me ocultarias el resto de tu vida?

-No. Es que no sabia como decirtelo y no queria afectar a nuestra relación.

A Natalie le parecia gracioso. -Tenias miedo de afectar a nuestra relación, ¿así que me mentiste? ¿ Debería darte las gracias?

Los finos labios de Leonardo se fruncieron, -Natalie, te lo prometo, eres la única persona que me gusta ahora, no manejé bien este asunto, no volverá a suceder.

-Hoy es muy tarde, y has tenido un día agotador, vuelve a descansar.

Al ver que ella iba a cerrar la puerta, Leonardo extendió rápidamente la mano para detenerla.

-Natalie, ¿sigues enfadada conmigo? ¿No?

Natalie le miró. -¿No debería estar enfadada?

Leonardo se quedó sin palabras, realmente había hecho algo mal hoy.

-Bueno, descansa y hablaremos por la mañana.

Natalie cerró la puerta.

A la mañana siguiente, Leonardo se despertó y Natalie ya había salido de casa, obviamente estaba

evitándole.

Por otro lado, Natalie ha llegado al hospital.

Como estaba encerrada en el sótano húmedo y no comía bien, a Josefina se le han agravado los problemas en las piernas y, por el momento, estaba confinada a una silla de ruedas.

Cuando vio a Natalie, sus ojos se llenaron de sorpresa.

-¡Natalie, has venido!

Natalie le entregó las empanadas que tenía en la mano y sonrió: -Abuela, traigo las empanaditas de la tienda Sam que me pediste.

-Jajajaja, sabía que recordabas..

Josefina sonrió, con los ojos llenos de alegria.

-Abuela, ayer estuve demasiado ocupada en la empresa, cuando salí del trabajo me enteré de que ya estabas dormida, así que no vine a verte. No estás enfadada, ¿verdad?

-Hace poco que no te veo, ¿y nuestra relación está tan oxidada? Sin ti, no habría podido sobrevivir hasta ahora, no me importan esos detalles.

Natalie abrazó a Josefina y le dijo: -¡Yo sabía que eras la que más me quería!

-¿Tienes que trabajar más tarde?

Natalie asintió: -Bueno, después de una hora, así que puedo quedarme un rato contigo.

-Bien, temía retrasarte en tu trabajo. Por cierto, ¿por qué no ha venido Leo contigo?

Dejó de sonreír, -Todavía dormía cuando me levanté, y cómo ayer volvió tarde, no le desperté.

Al notar que estaba un poco triste, Josefina no hizo más preguntas.

Ya se había entrometido en la relación de Leonardo y Natalie, pero se distanciaron cada vez más y hasta se divorciaron, y ahora que volvían a empezar, le parecía bien seguir la corriente.

Tras charlar con Josefina Natalie se fue a trabajar.

A las ocho de la mañana, Leonardo llegó.

Al ver que Josefina se recuperaba bien y su rostro tenía mejor aspecto, Leonardo se sintió aliviado.

-Abuela, el médico dijo que puedes irte a casa a descansar después de unos días.

Josefina lo miró y le dijo tranquilamente: -No hablemos de mí. Leo, ¿pasa algo entre Natalie y vos?


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