Capítulo 817
Capítulo 817
Los pensamientos de Aspen flotaban errantes.
Un momento se posaban en su hija, y al siguiente, en Carol.
Reconocer que tenía una hija y sospechar que podía tenerla eran dos conceptos completamente diferentes, jel sentimiento era abismal!
Cuando había dudas, la razón dominaba, predominaban las sospechas y todo tipo de análisis teóricos.
Una vez confirmado, el corazón se sacudía. ¡Era un torbellino de emociones! Y también, una ansiedad abrumadora.
¡Aspen no podía creer que tenía una hija, tenía una hija!
Pero su hija estaba en manos de otra persona…
Tras pensar en su hija, su mente volvía a Carol.
Sentía remordimiento y, al mismo tiempo, compasión.
Lamentaba haberse perdido por completo el embarazo de Carol, ni siquiera la había visto embarazada.
Esos dos videos en el celular eran la primera vez que veía a Carol con su vientre abultado.
Lo que le dolía era que, para cualquier otra, dar a luz era como pasar el borde de la vida y la muerte, y Carol, con cuatrillizos, enfrentaba un riesgo múltiple.
Las embarazadas de alto riesgo necesitan más cuidado y amor, pero ella estuvo sola durante todo el embarazo.
En el video donde se hacía la ecografía, se podía ver su aspecto y vestimenta.
Su carita estaba pálida, mostrando una clara falta de nutrición.
Sus pies y pantorrillas estaban terriblemente hinchados.
Capítulo 817
La ropa que llevaba parecía haber sido lavada incontables veces, hasta perder su color original.
A las 38 semanas de embarazo, antes de desmayarse, aún estaba luchando por ganar dinero, por el futuro de ella y de sus hijos…
¿Y él? ¿Qué estaba haciendo en ese entonces?
Hace cinco años, estaba en su mejor momento.
Después de años de paciencia, volvió al país con fuerza, tomando control de
Regio Bello y convirtiéndose en el presidente más joven desde su
fundación, el indiscutible patriarca de la familia Bello.
Expandió su imperio comercial a nivel nacional en menos de un año, convirtiéndose en una de las figuras más temidas del sector.
Estaba en la cima del mundo, despreciando todo a su alrededor.
Un solo movimiento suyo y el círculo económico temblaba durante días.
Pero en ese momento, Carol estaba embarazada de su hijo, viviendo en una pobreza extrema en la montaña…
Aspen siempre había creído que actuaba con integridad y lealtad, que no debía nada a nadie.
Sin embargo, le debía todo a Carol.
Le debía tanto que una vida entera no sería suficiente para compensar.
“¿Papá, qué te pasa?”
Al ver que Aspen permanecía en silencio, Miro preguntó preocupado.
Aspen sacudió sus pensamientos y respiró hondo.
“No te preocupes por tu hermana, por ahora está segura. Voy a estar un rato con tu mamá.”
Dicho esto, se levantó y salió del estudio con el celular de Carol en la mano.
Laín y Miro guardaron el silencio.
Ledo y Luca estaban al lado de Carol cuando Aspen entró. Justo cuando
Capitulo 817
iban a preguntar algo, Laín los llamó afuera.
Laín, siempre atento a los detalles, intuía cómo se sentía Aspen en ese
momento.
Ellos ya sabían sobre la situación de su madre en aquel entonces, pero para Aspen, era la primera vez que veía tan directamente cómo había sido su madre durante el embarazo.
Así que, aunque ellos podían mantenerse calmados, Aspen no.
Después de todo, escuchar sobre ello no era lo mismo que verlo con tus propios ojos.
Vio el video del embarazo de su madre, vio lo que había pasado y cómo
estaba ella.
Se sintió angustiado por ella, tenía que sentirlo.
Después de que Laín llevó a Ledo y Luca afuera, cerró la puerta de la habitación principal y regresó a su habitación con sus hermanos. Têxt belongs to NôvelDrama.Org.
Dentro del dormitorio, Carol seguía durmiendo, frunciendo el ceño, inquieta.
Aspen se quitó el traje, el reloj y la corbata, subió a la cama y levantó las sábanas.
Con cuidado, la abrazó, apoyando su barbilla en la parte superior de su cabeza.
Cerró los ojos, mientras las lágrimas caían en silencio.
¿Qué sentido tenía decir lo siento, o que lamentaba haberla hecho sufrir?
No quería decir esas palabras simples y vacías que no podían expresar lo que sentía en ese momento…
“No, por favor, no, jah, ah, ah!”