Rómpeme Cúrame y Olvídame

Capítulo 244

Mateo de repente sintió una punzada de compasión por Eric, y otra por Melody, aunque no sabía muy bien por qué se sentia así.

¿Sería un impulso momentáneo, o acaso deseaba que ella se convirtiera en algo suyo?

El niño miró fijamente a Mateo por un rato y luego dijo, -Mejor regresa a tu casa, mi mamá va a venir por mi y no va a estar bien si te ve-.

Mateo, ya perdiendo la paciencia, lo arrastró a un banco cercano y se sentaron de un solo golpe.

-¡Tu papá se va a quedar sentado aqui! ¿Qué va a hacer ella, pegarme?–

Eric se retorcia en sus brazos, -Tú no eres mi papá…-

-¡Soy como tu padrastro!– exclamó Mateo, y se giró para mirar a Eric, quien tenía una sonrisa que lo hacía ver especialmente guapo, aunque esa palabra generalmente se usaba para describir a las mujeres. La verdad era que la cara de Mateo también se merecia esa descripción ambigua – sus rasgos eran impresionantes.

-Tengo al Tio Trey ya,– rio Eric, guiñándole un ojo, así que no necesito un padrastro-.

Mateo lo abrazó, sentándolo en sus piernas largas, pensando en lo adorable que era el niño. ¿Cómo era posible que un niño tan encantador fuera hijo de Briar?

-¿Cómo puedes ser así? Mira mi cara-

Eric contestó, -Es bastante clara-

-¿Y qué más?–

-Tu barbilla es puntiaguda-

¿No tienes otra manera de halagar a la gente?– Mateo casi se atraganta con las palabras, -Eres un niño prodigio, vamos, di algo para halagarme y decir lo guapo que soy-

-La nariz es nariz, los ojos son ojos-

¿Acaso tu nariz se parece a tus ojos?– Mateo se enfureció, puso a Eric en el banco a su lado, -Ya no te abrazo, odioso. No hay cariño que valga-

Eric no siguió protestando, y así pasaron el tiempo, hablando uno y otro mientras todos en la escuela se habian ido, dejándolos solos sentados en la banca del patio charlando sin sentido.

Mateo se quedó sentado en el banco esperando a Melody con Eric, y esperaron y esperaron hasta que finalmente aparecieron Melody y Trey.

A lo lejos, los dos parecían una pareja por sus figuras esbeltas.

Eric ignoró a Mateo, saltó del banco con su mochila y corrió hacia Melody, -¡Mamá! ¡Tio Trey!–

Melody abrió sus brazos, esperando que su hijo saltara dentro de ellos, pero Eric pasó de largo y se lanzó directamente sobre Trey-

Melody pensó que tal vez su hijo había sido recogido de un basurero.

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Capitulo 244

Trey levantó a Eric con un brazo, y el niño se acomodó en su antebrazo, pasándole la mochila a Melody. -Mamá, carga mi mochila-

Melody soltó una risa sarcástica, -Vaya, Eric, ahora necesitas a dos personas para que te atiendan, ¿una para cargarte y otra para llevar tus cosas, verdad?–

Eric señaló a Mateo, que seguía sentado en la banca, -¡Y hay otro para jugar!–

Melody se giró y sus ojos se encontraron con los de Mateo.

El hombre echó un vistazo a Trey al lado de ella, no dijo nada, solo sonrió, pero era una sonrisa más distante que de costumbre.

Por alguna razón, Melody sintió resentimiento en su saludo.

Él dijo. -Buenas noches- This material belongs to NôvelDrama.Org.

Melody respondió, -Gracias por venir a jugar con mi hijo-

Él no había ido realmente a jugar con Eric, sino por otra razón. Pero Melody fingió no entender, agradeció y se fue, con Mateo llamándola desde atrás.

Melody-

Ella se detuvo en seco.

-Recuerda bien lo que te dije-

Su voz era grave, con un frio que rara vez mostraba.

Mateo siempre había sido despreocupado, y rara vez se le veía tan serio.

Melody no respondió, simplemente se alejó con Trey, y Mateo los observó alejarse, soltando una risa fría de repente.

No sabia por qué estaba enojado, solo que de repente se sentia muy molesto.

Al ver a Melody alejarse con otro, de repente pensó en sí mismo, solo, dejado atrás justo allí.

Eric había dicho que su madre era rencorosa, y no se había equivocado.

Cuando Melody se endurecia, era más cruel que nadie. Cortaba los lazos sin mirar atrás, desechando sin piedad.

Thiago se habia transformado en lo que era ahora por ella, temia convertirse en otro Thiago.

Aunque todo parecía ser solo un juego de caza, Mateo sentía que el cazador… ya no era él.