Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capítulo 804



Capítulo 804

Capítulo 804

Fernando la ignoró. No quería escuchar su explicación. La arrastró hasta el auto que estacionó afuera

del bar.

Sabrina se abrochó el cinturón de seguridad y se quedó quieta, esperando su sermón.

Pero Fernando no dijo nada. Arrancó el coche en silencio.

Llevó el coche a la carretera.

Sabrina miró hacia afuera. De repente se dio cuenta de que no estaban de vuelta en casa. Miró a Têxt belongs to NôvelDrama.Org.

Fernando y le preguntó en voz baja: “¿Adónde vamos?“.

“Después del alboroto que acabas de hacer, ¿no crees que deberías hacer algo para calmarme?”

Fernando preguntó con voz profunda: “Ni siquiera lo sabré si has tenido una aventura con alguien“.

El corazón de Sabrina se hundió. Se acercó a Fernando y le puso la mano en el brazo. “Eres guapo y

rico. ¿Por qué te haría eso? No soy tonto.

“Soy madre de tres hijos. ¿Quién me querría?”

Sabrina trató de ablandarlo. Su voz era suave. Fernando estaba casi desconcertado por su olor. Pero

pronto se recompuso. “Si no le doy una lección, lo volverá a hacer“, pensó.

Fernando no se movió ni un poco. “Veremos.”

Sabrina se mordió los labios y parpadeó. Miró a Fernando que tenía una cara fría.

furious.

No importa. Será mejor que me porte bien.

¿A dónde va? ¿Otra vez un hotel?>

Sabrina se sonrojó al recordar lo sucedido en un hotel hace unos meses. “Bueno, el hotel está bien.

Es mi culpa de todos modos. Le mentí“, pensó Sabrina. El pensamiento de alguna manera la calmó.

El rubor en su rostro no podía desvanecerse.

Habían pasado meses desde la última vez que hicieron el amor. Lo habían intentado varias veces

cuando estaba embarazada. Entonces él nunca la tocó porque tenían miedo de que el bebé pudiera

estar afectado.

Entonces, también estaba preocupada de que él fuera agresivo.

El auto se acercó a un edificio tranquilo cuando Sabrina estaba perdida en sus pensamientos.

No había ninguna farola sino un par de árboles enormes. Nadie podía ver su auto a menos que

alguien mirara de cerca.

Fernando detuvo el coche y apagó el motor.

Luego se bajó.

Sabrina echó un vistazo afuera.

Se ve en mal estado.>

Sabrina estaba confundida pero aun así se bajó.

Fernando abrió la puerta del asiento trasero y dijo: “Entra“.

Sabrina finalmente entendió lo que Fernando iba a hacer.

Ella se sonrojo y lo miró con timidez, “¿Estás seguro?”

“Si. No tienes que hacerlo si no quieres“. Fernando bajó la voz a propósito. Luego se subió al asiento

trasero. Sabrina sc quedó parada un rato antes de subirse al auto.

Luego cerró la puerta.

Oyó un clic. Miró a Fernando. Se estaba quitando el cinturón.


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