Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capítulo 1206



Capítulo 1206

Capítulo 1206

“Adam, no volveré a estar contigo, replicó Julia. Me ha torturado.

A los Lee no les caigo bien.

¿Cómo podría volver a casarme con él?>

“No importa. Dejaré que me aceptes“. Adán no estaba preocupado. Pasaría el resto de su vida

complaciéndola.

Estaba seguro de que Julia lo aceptaria algún día.

Pensando en sus sufrimientos, Julia gritó con los ojos rojos: “Vete a la mierda. Nunca has considerado

mis sentimientos. No sabes lo que quiero. Siempre me obligas.

“A los Lee no les caigo bien. ¿Por qué tienes que traerme de vuelta a esa prisión?”

Tampoco me ha demostrado su cariño por mi. This is property © of NôvelDrama.Org.

Me considera un cómplice.

Sin embargo, se ha olvidado de que soy una persona.

Tengo mis sentimientos y pensamientos.

¿Cómo podria ser su titere?>

“Sé que estos son mis defectos. No llores“. Adam temía que ella estuviera demasiado emocionada. Se

puso de pie, tratando de abrazarla.

Julia lo empujó y lloró con los brazos alrededor de su pecho. “Alejate de mi. ¿Sabes por qué estoy

hospitalizado?

Tu mama es la culpable“.

El rostro de Adam se oscureció. Pero lleva tiempo lidiar con esas cosas en mi familia.>

Julia, dame más tiempo. Yo me ocuparé de esas cosas“.

“Adam, no quiero volver“, suplico, “¿podrías por favor dejarme ir? ¿Sabes lo que he sufrido estos

años? No lo sabes. Pero quiero decirte que he vivido un infierno viviente“.

“No llores. No te obligare. Adam se secó las lágrimas.

El fue amable con ella. Parecia que había cambiado.

No perdió los estribos ni la torturó.

Julia no podía esquivar.

“Confia en mi. Me ocuparé de los asuntos de la familia Lee y la familia Castro. Luego te llevare a ver a

tus padres. Por favor, no abortes“, le rogó Adam.

Nació en una familia adinerada.

El nunca había sido agraviado.

Tampoco habia suplicado a otros humildemente.

Pero se dio cuenta de que esta vez cometió graves errores.

Pasaría el resto de su vida compensándolo,

Estaba bien que suplicara a Julia con humildad.

“Julia, ¿podrías por favor prometerme que no abortaré? Yo me encargaré de estas cosas y te compensaré“, dijo Adam

cariñosamente.

Parecia agonizante.

Pensando en sus padres, Julia se calmó aunque no queria obedecerle.

Ella permaneció en silencio.

Adam no estaba seguro de si ella estaba de acuerdo con él.

Pero se alegró de que ella no lo rechazara directamente. “Descansa. Tengo algo que hacer. Volveré a

verte es

tarde“.

Julia bajó la cabeza, sin mirarlo ni responderle.

Adam estiró la mano pero la retiró antes de llegar a ella. Luego se fue.


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