Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)

Capítulo 1198



Capítulo 1198

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Lilian se quedó en la cama llorando y rápidamente se secó las lágrimas. Pero sintió que no podia

simplemente sentarse y no hacer nada. Su padre realmente queria que ella se casara con Howard.

Tenia

que empacar e irse ahora mismo.

Por lo tanto, dejó de perder el tiempo y rápidamente se levantó de la cama.

Luego saco su joyero y varios diamantes preciosos. Sabia que su papá detendría su tarjeta negra si se escapaba, por lo que solo podia traer estos diamantes.

Podria canjearlos en la casa de subastas por mucho dinero.

Lilian empacó todos los diamantes y joyas en su pequeña maleta, luego abrió la caja fuerte, donde

había guardado 100,000 dólares

para emergencias.

Eso fue suficiente para que ella sobreviviera afuera.

Después de empacarlos, Lilian tomó algunas prendas y las metió en la maleta. Entonces, solo

necesitaba esperar hasta la noche para escapar.

Pero antes de poder hacerlo, tuvo que sobornar a Stephen.

Ella no creía que el hombre no fuera codicioso por el dinero.

Lilian escondió la maleta debajo de la cama y le gritó a Stephen, que estaba de guardia afuera de la

puerta. “Stephen, entra. Mi pie se torció“.

La puerta se abrió con un ruido.

Stephen, que estaba bien vestido, entró, miró a la chica sentada junto a la cama tocandose el tobillo y

dijo con voz seria: “Señorita Lilian, le duele? ¿Llamo a su médico privado?”

Por supuesto, Lilian no necesitaba un médico. Ella le hizo un gesto con el dedo y dijo: “Ven, ayúdame

a frotarlo“.

Stephen no se movió y dijo con frialdad: “Señorita Lilian, esto no es apropiado“.

“Callate. Me mirabas furtivamente tan a menudo. ¡No creas que no lo se! Lilian no creia que fuera un

caballero.

Descubrió hace mucho tiempo que a este hombre parecia gustarle.

“Te gusto, ¿verdad?”

Dijo de repente. Stephen mantuvo la calma y negó, “No“.

Rena se rió, sus ojos llenos de arrogante desden y desprecio, “Guárdalo. ¡Te ordeno que me frotes el

pie! ¡Date prisa!

“Si no, gritaré pidiendo ayuda y diré que quieres violarme!”

Stephen se burlo en voz baja. Sabia que ella debía tener un propósito, pero no tenía más remedio que

seguirla. Se acercó, se sentó a su lado y dijo: “Señorita Lilian, ¿que pie?”

“No lo viste?” Lilian estiró su pie derecho hacia el.

Pero no parecia estar herido en absoluto.

Stephen sabia que ella estaba jugando una mala pasada, pero aun asi saltó a su trampa de buena

gana. Agarró su pie blanco y suave y la ayudó a frotarlo.

Amasó su pie durante unos segundos.

Pronto, Lilian lo jaló hacia abajo, lo abrazó directamente y sacó su teléfono para imaginarlos

abrazados y acostados en la cama. Luego lo empujó, sacudiendo su teléfono y diciendo: “Stephen, de

ahora en adelante, tienes que escucharme. De lo contrario, le mostraré esta foto a mi padre y le diré

que intentaste violarme“.

Stephen miró la pantalla de su teléfono, se levantó y la miró. “Señorita Lilian, sabe

Lilian resopló, “¿Qué? ¿De verdad quieres violarme? Sueñas.

“Sácame de aqui esta noche. Te daré diez mil dólares.

“De lo contrario, le mostraré esto a mi papa“.

que no hicimos nada“.

Stephen bajó un poco los ojos y dijo con voz clara: “Señorita Lilian, ¿está segura de que quiere hacer

esto?”

Lilian guardó su teléfono y cruzó los brazos sobre su pecho con arrogancia, “Claro, ¿parece que estoy

jugando contigo o dejando que te aproveches de mi?”

“Tú deseas.”

Stephen no dijo una palabra, pero la miró con frialdad. No pasaría mucho tiempo antes de que pudiera

dejar a la familia Samuel. En ese momento, la vería a ella, la princesita orgullosa, arrodillada ante él.


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