No Soy Tu Bien Desechable (Fernanda Sierra ) Novela

Capítulo 1266



Capítulo 1266

Jon tranquilidad. “Esta noche fue peligrosa, pero

Pedro que se suponía debía estar débil, ahora no tenia rastro de palidez en su stro afortunadamente, el espectáculo se llevó a cabo con éxito“,

“Señor, dado que la Srta. Fernanda ya puede pensar por si misma, demuestra que su entrenamiento ha sido exitoso. ¿Deberíamos retirar a nuestra gente del lado del Sr. Fabio?”

Pedro se recostó en su silla de ruedas, con un tono indiferente, dijo: “Déjalos un poco más, él está que arde por dentro. Necesitamos dejar que la situación se enfrie un poco más“,

Liberto no pudo evitar comentar “Nuestros hombres están pasándola mal…”

“No morirán, duplicaremos su bonificación de fin de año“.

“Entendido…”

En una calle cerrada afuera de la empresa Grupo Rivera, cuatro furgonetas rodearon a Fabio por completo, y los guardaespaldas de la familia Huerta se abalanzaron sobre él.

Fabio, armado con un bastón eléctrico, acababa de repeler a un grupo cuando otro lo seguía de cerca.

Después de tres horas completas, esos guardaespaldas estaban exhaustos y Fabio, con una expresión sombría, dijo: “¿Todavía no se van?” Text content © NôvelDrama.Org.

“Sr. Fabio… estamos siguiendo órdenes, no puede regresar ahora!”

Los guardaespaldas intentaron pedir una tregua, pero Fabio los pateó sin piedad.

“Sr. Fabio, por favor! Solo estamos siguiendo órdenes del Sr. Huerta…”

Fabio los interrumplò friamente: “Entonces vayan con su $r. Huerta a pedir compensación por accidente laboral“.

Con otra patada, el guardaespaldas salió volando.

Cuando oscureció, Fernanda y los demás, exhaustos, regresaron a la Mansión Huerta y justo vieron a Jeronimo, vestido de traje, entrando por la del patio trasero.

Todos se detuvieron en seco. Las miradas que le dirigían a Jeronimo eran variadas, especialmente la de Fernanda.

Jeronimo, señalando a Fernanda, titubeó: “Ustedes… ¿ya han regresado?”

puerta

Todos miraron de arriba abajo a Jeronimo, incapaces de relacionar al Jeronimo de ahora con el Rogelio que habían visto antes en el vestíbulo del Hotel Real.

“Vaya, Sr. Parra! Nunca pensé que mostrarías tal presencia dominante frente a los extraños“.

Marisol le dio una fuerte palmada en el hombro a Jeronimo, quien gritó de dolor: “Qué presencia ni qué nada!”

Javier también se acercó, diciendo: “Deja de fingir! Todos lo vimos, esa actitud, ese tono, ¡como si estuvieras poseído por un magnate! Incluso quedó impresionado, ja, en el futuro no debo subestimarte“.

Enrique

Jeronimo no podía seguir el ritmo de todos.

¿Poseído por un magnate?

¿Qué Enrique?

No recordaba nada de eso

Marisol dijo: “Pero sea como sea, rescatamos a Mercedes y Enrique resultó ser un traidor, ide ahora en adelante debemos tener cuidado con éll” “Exacto! ¡Quién diria que Enrique, ese mocoso, se volvería tan malo! ¿Qué está tratando de ganar?”

Javier se cruzó de brazos, enojado

“Ya lo que pasó, pasó. No sirve de nada pensar tanto sobre ello“. Fernanda extendió su mano hacia Jeronimo, diciendo: “Mi auricular Bluetooth? Dámelo“.

¿Qué auricular Bluetooth?”

“El que te puse en el oído antes de subir al auto“.

“Yo…”

Jeronimo instintivamente se tocó la oreja.


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