Capítulo 291
Capitulo 291
La abuela Zesati era como una niña vinja, con
acumulada, sabía perfectamente como manejar a su muela Sebastián
ta abuela Zesato † “Queria devalogarse con un reclamo, pensar que toros eran tan infanddes como el, pero se contuva al recordar que esa tambien la incluiria a a Después de recoger las culsertos, la abuela Zesáti continuă. “Hoy vendek a visitansos la mèdica nilagrosa que
Si le decía directamente que nu fubuta esposa wndia a casa, segito Sebastián no cooperaria
Pero si lo formulaba de otra manera la cosa cambiaba
Además, no estaba mintiendo, Gabriela era realmente ima médica prodigional.
“Vendrá hoy?”
preguntó Sebastián levantanika levemente la miraila
El sempre habia estada muy agradecido con esa médica desconocida
Si no furra por ella, la abuela Zesati nimca hubiera sanada
Durante los últimos veinte años, la abuela Zesati suló de dolencias que nadie palo alivia, hasta que llegi ella y con una sola cela resolvió todo
La abuela Zesani asinto, “¿Que te parece si hoy no sales y te quedas en casa para recibir a los invitados adecuadamente? Después de todo, ella es la persona que salvo la vida de tu abuela”
“Por supuesto,” asintid Sebastian, ella cue su enfermedad, definitivamente quem agradecerle personalmente”
La abuela Zesati santio satisfecha. Aunque su nieto podia ser exasperante y terco a veces, no habia dula de su buen carácter
*¿A qué hora llegara? Pregunté Sebastun de nuevo
La abuela Zesati miró el reloj en la pared. “Dijo que llegar en la mañana, ya debe estar en camino.
Sebastian asintió levemente, “Entances, subire primero para darle instrucciones a mi secretaria sobre el trabajo de hoy y de paso inciare una videoconferencia Cuando legue la médica, solo tienes que mandar a alguien a avisamme.”
“Esta bien, jo la abuela Zesati.
Mientras Sebastian subsa las escaleras, Eva le dio un pulgar arba a la abuela Zesati, Madre, jeres increibler.
La abuela Zesall respondió con aire de suficiencia “Obvio, no se dice que la experiencia es un grada?”
En la casa de los llescas
Gabriela regreso de cottery se fue directe a la ducha
Diez minutos después
Gabriela salió del baño envueltà en una toalla y se dirigió al armario para elegir su ropa.
Como muchas mujeres, ella siempre sentia que le faltaba una prenda en su armario,
as Martin, el conjunto
Después de mucho buscar eligió un sencillo vestido blanco ceñido a la cintura y se puso un abrigo largo por encima, junto con un par de botas completo era pura elegancia
Una vez vestids, Gabriela se silbasi misma en el espejo, Como puede ser que ses tan guapa
Ya pasaban de las nueve de la mariana cuando salió de casa de los Yllescas. Tomo un taxi y el conductor no pudo evitar echarle varios vistazos por el espejo retrovisor Habla sido conductor durante mucho tiempo, pero era la primera vez que llevaba a alguien als Mansión Espléndida
¿Quién en Capital Nube no conocia la Mansión Esplèndidat
¡Esta chica sin duda debia ser de una familia adinerada!
Media hora más tarde, el coche se detuvo frente a la gran puerta de la Mansión Esplèndida
Gabriela salió del coche con elegancia y se dingin directamente hacia la entrada.
La Mansión Esplendida tenia un sistema de seguridad que normalmente no permitia el acceso a personas ajenas, pero Gabriela no era una persona común Vestida con un abrigo color vino, caminaba con una presencia imponente y una autoridad que irradiaba en cada paso. Era implacable y fria
Nadie se atrevia a Contentt bel0ngs to N0ve/lDrâ/ma.O(r)g!
strevía a impedir sup
ipaso.
Los residentes de la Mansion Espléndida eran personas influyentes y si por un descuido ofendian a alguien importante, estaran en problemas senos
El personal de seguridad era astuto y reconocia a quien debian dejar pas.
El lugar hacia honor a tu nombre, siendo un distrito de gente scaudalada, y a lo largo del camino se podían apreciar pequeños puentes sobre amayos y una variedad de
animales exóticos
Cisnes negros, llamas, pavos reales
Y por supuesto, una variedad de coches de lujo estacionados a un lado de la carretera
Gabriela llegó hasta la mansión de la familia Zesati y pulso el timbre de la puerta
Pronto, un sirviente se acercó para abritta: “Buenas, puedo saber quién es usted?”
“Mi apellido en Yilescas, respondió Gabriela con un tono indiferente
El sirviente pertamente abrio la gran puerta y con respeto dijo “Por favor, entre Luego se digo a alguien asulado “Ve informar a la señora ya la abuela, médica milagrosa Vilescas ha llegado ”
Capitulo 292