Chapter 50: XLIX
Chapter 50: XLIX
Capítulo cuarenta y nueve
Pov Jexi
Decirle que lo quería fue mi mayor error en la vida.
Ahora usa esa excusa para hacer conmigo lo que sea sin contenerse.
Yo te veo con una tarta en la mano... Sepa dónde fue que te sentaste, cara mazorca.*
Ja, ja, ja, muy graciosa, Fally.
Otra cosa de las cuales también tengo que hablar es de lo que pasó ese día, pero sinceramente no
quiero recordarlo. Quiero hacer como si ese día no hubiese existido nunca.
Tantas mentiras y enredos... No, ese día no existe.
Y literalmente no existe si te dejaron durmiendo con la boca abierta en el suelo de solo un golpe, cara
chancla.*
Exactamente.
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Yannick me suelta de brazos y pies con rapidez al ver como su familia o como Elián agarra con fuerza
el cuello del señor que dice ser mi padre.
—¡Ataquen! —grita y nuestras tropas se abalanzan contra los enemigos sueltos por todas partes con
un grito ensordecedor.
Sus ojos azules se posan en los míos e inmoviliza al tipo de un solo movimiento dejándoselo a su
padre junto a Zuani quien no para de patearlo y pisarlo a toda costa.
Ven a mí.]
Su voz resuena en mi cabeza y como una orden directa empiezo a correr en su dirección, sin embargo
él es lo último que veo antes de caer en un profundo sueño.
Negro...
Fin flashback
Y de ahí no recuerdo nada más hasta ayer cuando dije todas esas cosas que no debí decir.
No si la burla, amiga, la burla.*
En mi defensa debo decir que me agarro con la guardia baja, porque pensé que todos me conocían y
nadie me haría algo.
—Julieta —habla y todos los pelitos de mi cuerpo se erizan. Su voz ronca por la mañana es lo mejor
que he escuchado en toda mi vida.
—Mmhg —me quejo y estiro mi cuerpo antes de ver ese trabajado abdomen recién salido de la ducha
con gotas de agua bajando hasta la toalla en su estrecha cadera.
Madre mía.
Bendita sea la virgen de los abdominales.
—Si quieres me la quito para que sigas viendo el recorrido — subo a su cara y veo como muerde sus
labios de forma coqueta.
Toda la sangre sube a mis cachetes y me cubro con las sábanas para que no note lo avergonzada que
estoy por haberme pillado y tan temprano.
Empezamos bien el día, si señor.
Aunque...
Quito las sábanas y me asiento en la cama con los pies cruzados —Si te digo que lo hagas, ¿lo
harías?
Cuestiono y por sus ojos pasa un destello verde que hace sumergir a mi loba interior en una calor
inmensa, lentamente se acerca hasta estar al pie de la cama, sujeta con una mano la toalla y como un
león acechando a su presa llega hasta estar a escasos centímetros de mis labios.
—No tientes a la suerte, Jex —deja un beso en mis labios y sale de la cama con una sonrisa al ver lo
agitada que estoy.
Camina con dirección a su armario —Báñate y vístete, belleza tropical. Hoy vamos a ver los resultados
de las pruebas de mis supuestos —hace comillas con sus dedos —hijos. Quiero salir de eso de una
buena vez y demostrarte que tú eres la única en mi vida antes de poder volver a tocarte.
Cierto...
Han pasado tantas cosas que eso se me había olvidado completamente.
Estoy nerviosa, cara berenjena.*
Y yo.
Salgo de la cama y me meto a la ducha, termino y hato la toalla al cuerpo, sin embargo pego el brinco
al cielo cuando lo veo tan relajado en su cama mirando atentamente la puerta del baño con sus brazos
flexionados sobre la cabeza.
—Joder, que susto —llevó la mano suelta a mi agitado corazón.
—Hay cosas para ti en mi armario, aunque yo preferiría que se te cayera la toalla —me señala de
arriba a abajo y chupa su labio inferior con fuerza para disimular su sonrisa.
Ya no puedo, me canse.
¿Por qué él sí puede decirme ese tipo de cosas y yo no puedo hacer nada al respecto?
Jexi, esto te lo digo como amiga superior a ti... No juegues con él o perderás, es ley de vida.*
No me lo puedo creer, Fally. Se supone que tu deberías estar de mi lado y no del suyo.
Soy realista, mi amor, no soñadora.*
Me da igual.
Bueno, luego no digas que no te lo advertí, cara guaba. Posdata uno, disfruta de la follada que te va a
dar. Posdata dos, recuerda no gritar mucho y posdata tres, hasta la próximaaaaaa.*
Ignoro a Fally sabiendo que no tiene la razón y atentamente miro esos ojos azules hipnotizantes, poco
a poco me acerco hasta estar a la par de sus piernas y remojo mis labios antes de soltar la mano del
nudo de la toalla haciendo que esta caiga al piso.
Elián baja la vista claramente a mis pequeños atributos y me recorre entera con su mirar intenso, su
respirar se vuelve más pesado y flexiona su abdomen quedando sentado a pocos centímetros de mí.
Trato de retroceder antes de que sus grandes manos puedan capturarme, pero se me hace
demasiado tarde cuando me tiene sentada sobre sus jeans negros presionando su erección en mi
zona íntima.
—Si esto es lo que querías, solo me queda decirte que lo tienes así desde que te vi en la cama antes
de que me vistiera —sus manos pasan de estar en mi cintura hasta bajar a mis piernas y apretarlas.
Desvío la mirada hacia otro lugar y dejo salir un gemido lastimero cuando sus labios calientes hacen
contacto con mis pechos, lo agarro del cabello para separarlo y esa sonrisa ladina me hace apretar las
piernas —Ahora si me miras, ¿no?
—Sueltame —habló agitada y él levanta las manos en forma de rendición, salgo de encima suyo y me
cubro con la toalla aún viendo como todo su cuerpo me invita a una propuesta indecente.
—Yo te dije que no te tocaría hasta asegurarte que eres mi única, pero si tu quieres —se encoje de
hombros en forma de burla —yo no soy quien para decirte que no, sabes —chasquea la lengua y
niego antes de salir huyendo.
Necesito controlar esto o terminaremos sudando los dos.
Entro al armario gigante de él y antes de cerrar la puerta noto como me toma del cuello, cierra de un
portazo y me estrella contra la puerta, coloca una de sus piernas entre las mías y asegura mis brazos
dejándome totalmente inmovilizada.
» —Lo siento, pero se me está haciendo difícil controlar a Ameth —habla con los ojos prácticamente
verdes calentando mi interior a mil.
—Entonces no lo hagas —susurro y dejo que mis caderas se muevan de un lado a otro encima de él.
Quita su pierna y me suelta de los brazos —Jex, no me lo pongas fácil —cierra sus ojos y se da vuelta
hasta estar cerca del gran espejo al final del corredor, sus ojos me ven a través del mismo y con calma
me acerco hasta quedar detrás de él.
Deslizo mis manos desde su pecho hasta el borde del suéter que carga, las meto dentro y noto lo
tenso que está con solo hacer esto, sus ojos no abandonan los míos y bajo hasta el broche de su
pantalón, lo suelto y muerdo mis labios, me doy media vuelta y empiezo a caminar con dirección a la
cama.
Esta claro que luego veremos las estúpidas pruebas, ya que lo único que quiero ahorita es a ese chico
pelinegro de ojos azules y voz sexy que viene detrás de mí.