Chapter 721
Capitulo 721
Marisol asintio, por supuesto que queria saber, si no. gpor qué preguntaria? Antonio la miré de lado, con la luz creando sombras en su rostro, “;Dime mi amor para escuchar como suena!”
Hace tres afios y medio habia dicho lo mismo. Como entonces, su corazén se acelerd, se mordié los labios un rato. balbuceo y al final, por la vergtienza, no pudo decirlo y murmuré.. “Si no lo vas a decir, olvidalo!”
Antonio sonrio con una sonrisa ladina, estir6 los brazos y la atrapé rapidamente en su abrazo, mordiendo su oreja. Observando como Antonio caminaba delante con las Ilaves del auto, Marisol se tocé la oreja, alin sonrojada. Todavia quedaba su aliento caliente y su voz grave, “Es esa misma frase que mi abuela puso en tu pulsera!”
Marisol miré la pulsera en su mufieca izquierda. Su coraz6n latia cada vez mas rapido, como si alguien estuviera tocando un tambor.
Que tengas un hijo pronto...
Este viaje a la ciudad antigua seria un recuerdo atin mas fuerte que su primer encuentro casual, como si estuviera grabado en sus corazones.
Después de dejar la posada, habia un auto esperandolos para llevarlos al aeropuerto y de vuelta a Costa de Rosa Empacaron su equipaje en la cajuela, pero Antonio no tenia intencidn de subirse al coche, sino que le dijo. “Marisol, espera aqui un momento, vuelvo enseguida!”
“4A donde vas?” Marisol estaba confundida Antonio no le respondid, y sus piernas largas ya habian recorrido varios metros de distancia.
Marisol sin saber que hacer, se qued6 apoyada en la puerta del coche esperando, ya que su silueta erguida habia desaparecido en la ciudad antigua.Text content © NôvelDrama.Org.
Después de jugar dos partidas seguidas y aun sin verlo regresar, incluso el conductor sacé la cabeza para preguntarle. Cuando Marisol impaciente, estaba a punto de pisotear el suelo, finalmente aparecié esa figura erguida y ella pregunt6 con el cefio fruncido. “Antonio, gqué estabas haciendo? jSi perdemos el! vuelo, qué vamos a hacer!”
Antonio hoy llevaba puesta una camisa blanca, los botones superiores estaban ligeramente desabrochados, dandole un aspecto casual. Sus manos también estaban casualmente metidas en los bolsillos de sus pantalones, y le hizo un gesto para que ella extendiera su mano derecha.
“4Para qué?” Marisol no entendia. Pero Antonio se quedo alli, esperando obstinadamente a que ella extendiera su mano.
Sin otra opcién, Marisol hizo lo que él dijo, y cuando extendié su mano derecha sin entender, vio que él sacé algo de su bolsillo como por arte de magia, un pequefio aro en sus dedos largos y elegantes.
Ala luz del sol, el anillo de plata brillaba, cegando los ojos, parecia mas brillante que un un diamante.
Y él lo desliz6 perfectamente en su dedo anular.
Incluso el tamafio era perfecto, como si hubiera sido hecho a medida para ella.
Antonio de pie frente a ella, con ese gesto, parecia una promesa de caminar juntos en la vida, y Marisol fue sorprendida sin poder reaccionar, con su rostro y expresién completamente atdnitos.
Bajo la mirada hacia el anillo en su dedo.
El anillo de plata hecho a mano sin muchos patrones complicados ni adornos, solo con algunas lineas finas como enredaderas que se entrelazaban firmemente, pero era muy delicado y lindo, jera el par de anillos que habia visto en la tienda de plata el primer dia!
Marisol levanto la vista bruscamente hacia él, “Qué...”
éNo dijiste que era bonito?” Antonio irradiaba pereza por todo su cuerpo, y su tono era lento, “Parada ahi sin moverte aunque no te lo pida, le pedi al duefio que nos ayudara a grabar las iniciales de nuestros nombres en el interior.”
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Capitulo 721
Al escuchar eso, Marisol gird el anillo para ver su interior.
Efectivamente, habia dos letras mayUsculas M8A, la inicial de sus nombres, esas dos letras estaban juntas, como si siempre debieran estar juntas, sin importar qué.
Marisol frag6 saliva, mordiéndose el labio mientras vela como Antonio sonrela con picardia. En ese momento, él sacé algo del bolsillo de su pantalén; un anillo de hombre, que luego le entrego a ella. El gesto no podia ser mas claro.
Con nerviosismo, Marisol extendid su mano para recibirlo y, al igual que él habia hecho antes, lo colocd en su dedo anular.
Al ponerse el anillo, escuchdé su voz grave resonando sobre su cabeza, “Sra. Pinales, esto es una allanza. A partir de ahora, debe seguir a su esposo dondequiera que él vaya, y jamas debe quitarsela. Entendido?”
Balo el sol sus ojos encantadores reflejaban su imagen.
Marisol asintid levemente. “...Entendido!” Dejando ese lugar paradisiaco, Marisol sintid algo calido mezclarse con la brisa y llenar su ser.
Tras horas de vuelo, aterrizaron en Costa de Rosa al anochecer.
Tomaron un taxi y se dirigieron a casa, encontrando varias calles en reparacion que les causaron demoras, pero finalmente llegaron al complejo de apartamentos junto al rio.
Al llegar a la entrada, hicieron una sefial al guardia para que dejara pasar al taxi. Héctor salid corriendo hacia ellos con una sonrisa. “Sr. Pinales, Sra. Pinales, jhan vuelto!”
“Si Antonio sonrio con los labios curvados. “jHector, has trabajado duro!” Marisol también sonrio amablemente. Hector agit6 su mano y miré a Marisol y luego a Antonio con una sonrisa. “Je, no es nada, descansen temprano.”
No sabia si era su imaginaci6n, pero le parecidé que la expresién de Héctor era extrafia, especialmente cuando la miraba. como si tuviera algo que decir pero se detuviera.
Marisol sacudio la cabeza, sin darle importancia.
Después de que el taxista bajé el equipaje con un servicio atento, Marisol al ver que Antonio levantaba la mochila, le insto apresuradamente. “Antonio, subamos rapido, jme muero de hambre!”
La comida del avién habla sido terrible, y apenas aterrizo ya sentia su estomago rugir.
Antonio apreté su mano con significado y dijo, “Yo también me muero de hambre!” Marisol se sonrojo de vergiienza. Ella entendia perfectamente que el hambre de ambos no tenia el mismo significado.
Cuando el taxi se fue, Antonio la llevo rapidamente hacia el edificio. Pero justo antes de entrar, Antonio se detuvo
abruptamente. Miro hacia el confundida, pero vio que sus ojos encantadores estaban fijos en algo al frente.
Volvié la vista hacia donde miraba y, en la entrada del edificio, habla una mujer cuya sola silueta de espaldas ya denotaba belleza. Vestia botas altas negras, una chaquetilla corta y su Cabello largo cala sobre sus hombros.
Como si sintiera su mirada, la mujer se giro y sus ojos se iluminaron al instante. “Antonio!” Marisol fruncio ligeramente el cefio, sintiéndose insegura.
Podia sentir claramente como la mano que la sostenia se tensaba de repente, y luego escucho una voz grave. “Jacinta.”
Los pensamientos de Marisol se enredaron en su cabeza. 3/3
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Capitulo 722
Jacinta...
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