Capítulo 97
Capítulo 0097
-Viviana, no te preocupes, vendré a recogerte mañana.
Viviana sabía que Silvia seguramente iba a hablar con Julio. Agarró con firmeza su mano y le dijo: -Silvia, no te maltrates. ¿Qué importa quedarme aquí gratis por siete días? Yo no tengo miedo de eso.
-Tranquila.
Cuando Silvia salió, inmediatamente tomó un taxi y abrió su teléfono, encontrándose con el post de Natalia en las redes sociales. Eran cinco muy palabras destacadas: La verdad se defiende sola.
¡La verdad se defiende sola, muy bien!
Silvia apretó con fuerza su teléfono. Primero fue directo a la empresa, pero el secretario le informó que Julio había contratado a un nuevo director ejecutivo y ahora estaba descansando en casa.
¿Julio estaba tomando vacaciones? Era la primera vez que ella escuchaba eso. Silvia solo pudo tomar un taxi hacia la villa Oasis.
A lo largo del camino hasta la villa Qasis, evidentemente, el equi seguridad sabía que ella iba a llegar y no la detuvieron. Frente inmensa villa, un silencio peculiar la rodeaba. El entorno y las impresionantes vistas no habían cambiado mucho desde la últim
vez.
Cuando ella llegó a la puerta, escuchó un sonido fuerte <<¡pum!». Instintivamente, utilizó su huella dactilar y la puerta se abrió automáticamente. Fue entonces cuando Silvia se dio cuenta de que la cerradura de huellas dactilares aún tenía sus huellas registradas.
Al entrar en la habitación, su mente se llenó rápidamente de imágenes del pasado. Mirando desde la entrada, vio a Julio tumbado
en el suelo. El sonido anterior fue cuando se cayó del sofá. Silvia entró y notó un ligero olor a tabaco en el aire.
-Señor Ferrer.
Se acercó de inmediato a Julio, lo vio con el ceño fruncido y la frente cubierta de sudor. Parecía estar sufriendo con los ojos cerrados.
-Julio...
Se agachó, colocó con cuidado su mano en la frente de él, que estaba ardiendo. Él tenía muchísima fiebre.
El toque frio le dio un alivio momentáneo a Julio. Cuando Silvia estaba a punto de retirar su mano, é la agarró brusquedad por la muñeca y la tiró directo hacia él. Silvia casi tropezó y cayó sobre él.
A solo unos centímetros de distancja, Julio murmuró confusamente: -¿La sin corazón se va otra vez?
Sin corazón... ¿Quién realmente carecía de corazón?
Silvia intentó liberar su mano, pero fue agarrada aún más fuerte por él. Terminó pegada con fuerza al pecho de Julio, donde podía sentir su potente latido del corazón.
Frunciendo el ceño, ella observó con detenimiento su expresión adolorida. Julio rara vez se enfermaba, pero cuando lo hacía, la recuperación llevaba mucho tiempo. Su hijo, Oscar, heredó eso de él; aunque generalmente estaba muy saludable, una simple gripe le llevaba al menos un mes para recuperarse por completo.
En el pasado, cuando Julio estaba enfermo, su temperamento empeoraba muchísimo. Los empleados en la empresa sufrían las consecuencias. Cuando regresaba a casa, sufría ella. Él rechazaba ciertos alimentos, se quejaba constantemente y actuaba como un verdadero niño....
Julio gemía de dolor, y con fuerza, atrajo a Silvia directo hacia él.
-¡Suéltame!
Silvia apenas podia respirar.
Julio, amenazándola de manera tonta, le dijo: -¿Quieres escapar de nuevo? Medigo, esta vez, incluso si mueres, ¡morirás justo en mis brazos!
Con esas palabras, sus dedos bien
definidos se cerraron alrededor del
fino cuello de Silvia, apretándolom bruscamente, Antes de que ella pudiera siquiera reaccionar, las manos del hombre ya estaban en sus
mejillas, luego descendió con fuerza
para besar apasionadamente sus labios. The content is onContent bel0ngs to Nôvel(D)r/a/ma.Org.
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Ese simple beso, era como el leve roce de una pluma, sin dejar rastro.
Después de besarla, Julio, sin
fuerzas, se dejó caer pesadamente al
suela. The content is on
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