Despidiéndose de mi amor

Capítulo 61



Capítulo 0061

Ella creía que él aún recordaba ese lugar, y quería usarlo para obligarse a admitir que no había perdido la memoria. Pero en realidad no fue así.

La mano de Julio, con los nudillos marcados, apretó el volante con fuerza, con una expresión complicada.

-Silvia, ¿cómo está ese niño?

Aún recordaba claramente cuando David le entregó el expediente médico de Silvia, donde decía que llevaba dos semanas de

embarazo. Nunca se lo preguntó, solo quería que Silvia lo dijera por si

misma.

Cuando ella escuchó la palabra «niño»>, sus pupilas se contrajeron.

-¿Qué niño?

Julio detuvo el coche y miró con asombro a Silvia, con un estado de ánimo particularmente opresivo.

-Sé que estabas embarazada en ese momento.

Sus profundos ojos la miraban fijamente, como si quisieran penetrarla por completo. Silvia tenía mucho miedo de que él ya hubiera descubierto a Oscar. Aunque estaba preparada para ello, au tenía miedo cuando se enfrentaba a Julio, temía que él le arrebatara a Oscar y a Juan.

Se obligó a calmarse: -Solo recuerdo que el médico me dijo que había tenido un aborto.

El estado de ánimo de Julio cayó al abismo al instante. Ya debería haber sabido que ese niño no existia, de lo contrario, ¿cómo podría Silvia haber vuelto sola?

Las personas que la seguían no habían visto al niño durante tanto tiempo. Además, ¿cómo podría haber dado a luz Silvia cuando ella estaba tan débil en ese momento?! La garganta de Julio se atragantó en ese momento y no pudo hablar durante un buen rato.

En el camino de regreso a casa, Silvia se sentía especialmente inquieta. Tan pronto como llegó a casa, no pudo evitar llamar a Luis. Pronto, del otro lado del teléfono, se escuchó la voz magnética de un

hombre.

-Silvia, ¿qué sucede?

Luis sabía que Silvia no lo llamaría a menos que fuera algo importante.

-Hoy Julio me preguntó sobre el niño, sabe que estuve embarazada -le dijo Silvia sinceramente.

Después de un breve momento, se escucharon palabras.

reconfortantes de Luis: -No te preocupes, he hecho que cambien las fechas de nacimiento de Oscar y Juan.

-Eso es bueno, está bien-respondió Silvia, sintiendo así que se calmaba un poco.

-No tengas miedo, estoy aquí, nadie puede arrebatarte a Juan y Oscar.

Luis, a miles de kilómetros de distancia, estaba de pie en la azotea de un magnífico edificio costero. Detrás de él, en una gran sala de conferencias, un grupo de altos ejecutivos esperaba a que terminara la llamada para continuar la reunión,

Después de colgar el teléfono, Luis se sintió un poco reacio. Luego le dijo a su asistente: -Asegúrate de cuidar muy bien a Juan bajo ninguna circunstancia permitas que las personas de Julio lo

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descubran.

En esos últimos tiempos, se había dado cuenta de que alguien estaba investigando el pasado de Silvia aqui. No esperaba que el poder de Julio fuera tan grande como para llegar hasta aquí. Read the latest

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Por miedo a preocupar a Silvia, no le había contado absolutamente

nada.

Por la noche, Silvia tuvo una pesadilla en la que Julio descubría a los dos niños, no solo rechazándolos sino también queriendo hacer que desaparecieran. Se despertó

asustada de golpe, con el sudor frío cubriendo su frente.

Recordaba cuando ella y Julio se

casaron, Nadia les insistió a que tuvieran hijos lo más pronto posible. Entonces Julio le había dicho: No me acostaré contigo, incluso si lo hago y quedas embarazada, no Còntens bel0ngs to Nô(v)elDr/a/ma.Org

permitiré que el bebé nazca.

Silvia ya no pudo lograr volver a dormir. Parecía que tenía que actuar con rapidez.

Al día siguiente, Silvia eligió ropa seductora que resaltara su figura y se maquilló delicadamente. Al salir de casa, metió herramientas de operación en su bolso, por si acaso.

En la oficina del presidente del grupo Horizonte.


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