Capítulo 118
Capítulo 0118
David pensó que había un lugar donde ella no podía alcanzar, así que extendió la mano para ayudarla.
Silvia, en ese momento al ver su mano extendida, instintivamente
pensó que él iba a golpearla, y se apartó de él, haciendo que la
pomada cayera directamente en la parte posterior de la mano de David.
-Lo siento mucho.
Silvja se levantó apresurada: -Me voy ahora.
David sabía que ella estaba malinterpretándolo, y no pudo evitar explicar: -Solo quería ayudarte a aplicar la pomada.
-Gracias, pero no es necesario-Silvia se disponía a irse.
David no quería que ella lo malinterpretara de nuevo, así que la detuvo en ese momento.
-Julio dijo que le esperaras a que volviera.
Silvia lo miró con gran indiferencia: +Puedo esperar afuera.
Al ver a Silvia de esa manera, David se sintió muy incómodo.
-No tengas miedo de mí, no te lastimaré de nuevo.
**
¿No tengas miedo? ¿No te lastimaré de nuevo? Silvia casi sintió como si estuviera escuchando una gran broma. Antes, David solía decirle lo mismo para que ella bajara instintivamente la guardia.
-Por favor, déjame pasar.
Independientemente, si él la lastimara o no, ella realmente no quería tratar con ese tipo de personas.
David todavia bloqueaba la puerta, sin moverse: Aplicate la pomada. y luego puedes salir.
Silvia no sabía muy bien qué estaba tramando él, temía que su temperamento impredecible estallara de nuevo, así que decidió hacerlo para evitar más problemas.
-En el futuro, no seas tan tonta, saltar del coche es muy peligroso. Por suerte, solo son unas heridas muy leves.
David mostraba cierta preocupación en sus ojos.
Silvia no dijo nada. Ella conocía muy bien el temperamento. cambiante de David. Rápidamente aplicó la pomada. -Señor Nápoles, he terminado, ¿puedo irme ahora?
Al encontrarse con la mirada clara pero distante de la mujer, el
zón de David se apretabà con fuerza.NôvelDrama.Org (C) content.
Quédate aquí, te prometo que no te haré nada, ¿de acuerdo?
Intentaba que su voz sonara lo más suave posible.
Los ojos de Silvia se oscurecieron un poco, ella sabia que las palabras de ese hombre no valían absolutamente nada. Pero ¿qué podía hacer en ese momento? Estaba en su territorio, y además era un buen amigo de Julio. Silvia no dijo nada más y tampoco mencionó irse.
Al ver que ella no tenía intenciones de irse, David fue a buscar más pomada y se la entregó.
-Después de regresar, recuerda aplicarla tres veces al dia, asi no dejará cicatrices.
Si no fuera por lo que le había hecho en el pasado, Silvia podría haberlo considerado un excelente médico, muy amable y gentil
-Gracias -Silvia tomó la pomada.
David notó que su guardia hacia él había disminuido un poco, quería explicarle lo que había sucedido en el pasado, pero cuando intentó decirselo, no pudo encontrar las palabras adecuadas.
Reconocer haberle hecho daño, haberle tratado con malas palabras y lastimado vilmente a quien le había salvado... era algo que David realmente no sabía cómo abordar.
Así que optó por un enfoque muy diferente.
-Silvia, ¿recuerdas cuando estabas en la universidad y salvaste a una persona?
¿Cómo podría olvidarlo? Si no fuera por haberlo salvado, él no le habría devuelto el favor lastimando su oido de forma permanente.
-Lo recuerdo muy bien. Recuerdo que esa persona me dijo que me lo devolvería -dijo Silvia con calma.
David sintió un fuerte nudo en la garganta.
Silvia continuó con un giro en la
conversación: -Pero
arrepiento.
demasiado. Si tuviera otra
oportunidad, no lo habría salvado.
-Silvia, yo... -David intentó explicar de la mejor manera, pero en ese momento Julio se acercó y cortó la conversación.
-Vámonos dijo Julio.
Silvia se levantó al instante y siguió a
Julio afuera, arrojando todas las
medicinas que David le había dado a la basura. The content is on
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¿Quién sabía si él las habría manipulado de alguna manera?
David los observó detenidamente desde cerca, viendo cómo Silvia tiraba las medicinas.
Julio le preguntó: -¿Qué tiraste?
Basura -respondió Silvia.