Capítulo 70
Capitulo 70
*Señor Hierro, mejor empieza por explicarme esto“, Felipe habló con un enojo que no podia disimular.
Yuria claramente estaba aterrorizada, me miraba con ojos de horror, temiendo arrastrar a Renán a un lio. “Ainara… presidente Linares, no quise decir…”
“Abuelo, ellos están escuchando“, dije, mirando a la niñera que estaba parada a un lado.
La niñera asintió. “Si.”
Yuria, nerviosa, se aferró al brazo de Renán. “Renán… yo…”
“Señor Hierro, cuando elijas a una secretaria, fijate bien, la capacidad de trabajo es lo primero, no se trata de servir con otro tipo de… talentos“, Felipe habló con voz grave. “Hace rato que escucho que hay algo más que trabajo entre el Señor Hierro y su secretaria. Mejor pon orden en tu casa y no eches a perder la alianza entre nuestras familias.”
Renán no tuvo otra que tratar de suavizar las cosas. “Entendido.”
Yuria se sentia tan humillada que estaba a punto de llorar.
Me lanzó una mirada fulminante y luego volvió a mirar a Renán. “Renán..”
Pero Renån solo habló con una voz grave. “Vuelve a casa primero.”
Yuria se mordió el labio, casi al borde del llanto, y se dio la vuelta para irse.
Miré a Yuria irse con una sonrisa fria. Felipe habia estado conteniendo su ira últimamente, y justo alguien sin tacto se le acerca.
Al ver a Yuria irse tan abatida, mi mirada se volvió compleja.
Qué irónico…
Al final, esta gente solo se mete con los que se dejan.
En el pasado, por ser una huérfana sin padres, dependiente de otros, sabian que podían abusar de mi sin consecuencias, que no iba a pasar a mayores. Content from NôvelDr(a)ma.Org.
Tenía que soportar sus humillaciones, intimidaciones y daños.
Y Renán, nunca pensó en protegerme.
Le importaba su reputación, sabía sopesar los pros y los contras, y yo no valia nada para él.
Odiaba que me aferrara a él, odiaba el compromiso matrimonial del que no podía deshacerse.
Una vez fue capaz de cualquier cosa por Yuria, ¿y ahora? ¿Ahora para mantener las buenas relaciones con la familia Linares, Yuria tenia que soportar ser menospreciada?
Renán siempre seria Renán, su amor, no valia nada.
Barato y cambiante.
“Abuelo, no me siento bien, me voy a retirar“, dije subiendo las escaleras y echando una última mirada a Renán.
El me miraba fijamente, con una mirada profunda y complicada.
Usando el pretexto de que no me sentia bien y estaba somnolienta, entré a mi habitación sola y despedi a la
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Capitulo 70
nana. Desde la ventana del segundo piso, eché un vistazo y, al ver que no había nadie afuera, me cambié de ropa y me deslicé hacia afuera.
“Helda, soy yo“, llamé a Helda después de salir de la casa de los Linares.
Del otro lado del teléfono, Helda tardó un momento en responder. “No somos tan cercanas, puedes llamarme solo Helda.”
Asenti, algo altiva. “Señorita Helda, ¿has averiguado dónde está Juan?”
Entrecerré los ojos, humillar a Yuria en la fiesta había sido solo el comienzo, tenía que desenmascararla
poco a poco.
Por supuesto, primero tenemos que empezar por Juan.
“Está en un bar, ¿dónde más estaria ese desgraciado? Todos los dias borracho, como si no temiera morir asi“, Helda resopló con desdén. “Estoy vigilándolo, ¿vienes para acá?”
“Claro que voy, esta noche… no lo voy a dejar en paz“, dije entre dientes y paré un taxi.
Comenzaria con Juan, juno por uno me iba a ocupar de ellos!
“La señorita Ainara es muy rápida para vestirse“, una voz de repente me llamó desde atrás.
Frunci el ceño y me giré para ver a Renán. “Señor Hierro, deja la fiesta tan pronto, ¿a dónde vas?”
*¿A dónde vas tú? Te llevo“, dijo Renán con indiferencia.
“No hace falta, gracias“, contesté subiéndome al taxi.
Se apoyó en la puerta del auto, mirándome fijamente. “Ainara, cada vez me interesas más.”